En el mes de noviembre del 2021, parte del equipo de Pelvicare fue a la comunidad campesina de Chiuchin perteneciente al distrito de Checras, provincia de Huaral en la serranía de Lima para aportar con un granito de arena en el ámbito de la Fisioterapia de Suelo Pélvico y descentralizar el acceso a la información y atención de salud que merma la calidad de vida de los peruanos que no viven en la capital.
A pesar del clima adverso y cambiante los pobladores fueron a nuestro encuentro en esos dos días de campaña. Logramos abordar problemas como el dolor pélvico crónico, incontinencia urinaria, prolapso entre otros, cuyos síntomas pensaban que era «normal“ para los pobladores.
Fue una experiencia enriquecedora que sacó nuestro lado creativo y proactivo para afrontar los retos propios de las carencias de infraestructura y equipos para brindar nuestra labor.
Sin duda alguna, esta experiencia fue gratificante al saber que empoderamos al paciente con manejo de información, reconocimiento de su cuerpo y participación activa de su recuperación, acciones que se leen sencillas y básicas pero que no se encuentran dentro del conocimiento de estas personas, el cual, conlleva a no tomar acción en su salud, por lo cual es rescatable fomentar nuestra labor preventiva y no solo asistencial.


En el mes de noviembre del 2021, parte del equipo de Pelvicare fue a la comunidad campesina de Chiuchin perteneciente al distrito de Checras, provincia de Huaral en la serranía de Lima para aportar con un granito de arena en el ámbito de la Fisioterapia de Suelo Pélvico y descentralizar el acceso a la información y atención de salud que merma la calidad de vida de los peruanos que no viven en la capital.
A pesar del clima adverso y cambiante los pobladores fueron a nuestro encuentro en esos dos días de campaña. Logramos abordar problemas como el dolor pélvico crónico, incontinencia urinaria sobretodo y prolapso entre otros cuyos síntomas para los pobladores como formaban parte de la «normalidad “para ellos.
Fue una experiencia enriquecedora que sacó nuestro lado creativo y proactivo para afrontar los retos propios de las carencias de infraestructura y equipos para brindar nuestra labor.
Sin duda alguna, esta experiencia fue gratificante al saber que empoderamos al paciente con manejo de información, reconocimiento de su cuerpo y participación activa de su recuperación, acciones que se leen sencillas y básicas pero que no se encuentran dentro del espectro de conocimiento de estas personas lo cual las lleva a no tomar acción en su salud, por lo cual es rescatable fomentar nuestra labor preventiva y no solo asistencial.